Experiencias como becaria del Pronabec I

Ya terminé mi primer trimestre de estudios en la Universidad de Barcelona, y es bueno para mí saber que ya una tercera parte de mis estudios de máster está avanzada, que ya los trabajos y deberes de las asignaturas que cursé están terminados y presentados, y lo que es mejor aún, saber que las proyecciones de calificaciones se vislumbran positivas. Son muchas las experiencias como becaria del Pronabec (Beca Presidente de la República) que he tenido en este tiempo, y considero importante compartir con ustedes algunas de ellas.

En este primer trimestre muchas cosas han pasado, teniendo en cuenta que soy una peruana estudiando en Barcelona, y que esta es mi primera vez en Europa. Pienso ahora que en este primer tramo de mi experiencia he tenido que adaptarme a formas diferentes de enseñanza y aprendizaje, así como aprender a trabajar en grupo y socializar con personas de diferentes bagajes socioculturales, y que como yo, se encontraban ante el mismo reto.

¿Si hasta el momento vengo cumpliendo el reto? Creo que sí. Los entornos de enseñanza son diferentes aquí comparados con los de Perú. Tengo la impresión de que aquí se brinda mucha más libertad y autonomía al alumno para dirigir su proceso de aprendizaje. Por lo general no se utilizan exámenes ni controles de lectura, sino más bien trabajos individuales o grupales, que demandan investigación, reflexión y discusión entre los estudiantes. Asimismo, se pone énfasis en la tutoría que brindan los docentes de cada asignatura, la cual no es obligatoria pero está siempre a disposición del alumno. Asimismo, se hace uso perenne de las TIC en la enseñanza (Tecnologías de la Información y Comunicación) a través de campus virtuales, en los que cada alumno tiene su cuenta personal, y puede tener acceso a los materiales de cada asignatura que están organizados según bloques temáticos, puede tener acceso a foros, adjuntar trabajos, enviar y recibir correos, revisar sus calificaciones, recibir retroalimentación de los docentes, etc.

Como ya había dicho, los recursos de información y las técnicas de enseñanza brindan mucho margen de acción al alumno. El estudiante interesado en aprender puede tener acceso a información adicional que colabore en la comprensión de su materia de estudio, y los profesores brindan bastante flexibilidad y oportunidades para las asesorías. Sin embargo, para que esta metodología de enseñanza sea efectiva, se requiere de parte de los estudiantes mucho trabajo autogestionado y un constante automonitoreo de sus actividades académicas y/o deberes, puesto que si esto no ocurre así los resultados pueden no ser los esperados.

Digo esto ya que recuerdo el caso de algunos estudiantes de mi mismo máster, becados también por el Pronabec, que al parecer no se organizaron de la mejor manera, tanto así que en la última semana de presentación de trabajos se encontraban totalmente agobiados y exhaustos, puesto que estaban intentando avanzar y terminar trabajos como unos robots cafeinados. Bueno, ellos no fueron los únicos en esa situación. En realidad había muchos que como ellos esperaban hasta el último momento.

Sé que esta es una situación común, y confieso que hasta yo he procrastinado en algunas ocasiones de mi vida; pero lo que en esta oportunidad me llamó la atención es que la desesperación de uno de mis compañeros de máster por terminar sus trabajos a tiempo lo llevó a preguntarme si yo podía darle mi trabajo (tarea final de una asignatura) para que él lo “adapte”, y que esto le sería de mucha ayuda, puesto que no estaba durmiendo bien últimamente. Además me comentó que ya había preguntado a otro compañero del máster por aquello, y que la otra persona no había tenido problema en compartir su trabajo con él. Yo estaba más que sorprendida, enojada, decepcionada y hasta con vergüenza ajena, ya que la persona que me estaba preguntando aquello no era más que un becario del Pronabec. Puesto que no comparto la idea de prestar trabajos para su “adaptación”, le contesté que yo no estaba de acuerdo con eso, y después de una breve insistencia de su parte, allí quedó el tema ya que mi negativa era rotunda. Pero lo que no quedó allí fue mi desazón interior y el hecho de pensar en la imagen que esta persona podría estar brindando a los demás acerca del Perú y de los peruanos.

Me molesta mucho que porque algunos no se tomen en serio los estudios (donde nadie los obligó a matricularse), o no tengan de por sí una conciencia respecto al cuidado ético que hay que procurar mantener en todas las facetas de la vida, se pueda estar generando una imagen negativa de los peruanos que salen a estudiar al extranjero becados por el gobierno.

Sé, al mismo tiempo, que existen muchos becarios que vienen esforzándose lejos del Perú por brindar lo mejor de sí durante sus estudios en el extranjero, y por ellos me alegro y me conforto. Pero al mismo tiempo considero que es importante compartir las experiencias negativas de los que como yo están becados, ya que no podemos tolerar que eso venga sucediendo y debemos tener presente que por el hecho de ser peruanos en el extranjero no podemos pensar que el “apoyarnos entre nosotros” se encuentra en soportar la desidia y deshonestidad de otros.

Al mismo tiempo soy consciente de que las oportunidades que brinda el gobierno por intermedio del Pronabec son de mucha ayuda para los peruanos que como yo no podrían solventar unos estudios de máster o doctorado en el extranjero, y en definitiva promueven el desarrollo humano y científico que el Perú necesita. Por lo que esta experiencia negativa no puede hacerme olvidar el gran potencial, talento y buen corazón que puede encontrarse en muchos peruanos.